Más de 170 mil estudiantes volvieron a las aulas en la ciudad en el inicio del ciclo lectivo 2023, año que, a diferencia de los anteriores, comienza ya sin barbijos ni distanciamiento social. En este marco, los docentes buscan afianzar conocimientos claves que pudieron verse afectados por la virtualidad.
Comenzó hoy en Mar del Plata el ciclo lectivo 2023, año en el que las clases, a diferencias de los anteriores, comienzan sin barbijos ni distanciamiento social y en el que los docentes señalan como algo llamativo el regreso de los abrazos, gesto de cariño que ya no se registraba en las aulas producto de la pandemia de coronavirus.
Frente a este panorama, directivos, profesores y maestras indican que este año el principal desafío será recuperar contenidos que quedaron en el camino en los tiempos de la educación virtual o que por tratarse de saberes claves necesitan ser reforzados.
La jornada en Mar del Plata comenzó lluviosa, pero eso no afectó el entusiasmo con el que unos 170 mil alumnos se dirigieron a los distintos jardines y escuelas de la ciudad para volver a estudiar y reencontrarse tras algunos meses con sus compañeros y amigos.
“El inicio de clases siempre es una fecha especial. Por suerte pudimos comenzar en término y fueron muchos los niños que vinieron a pesar del mal clima. Pensamos que iban a ausentarse, pero hoy han venido en su mayoría”, manifestó la vicedirectora de la Escuela N°1 Pascuala Mugaburu, el colegio más antiguo de Mar del Plata, Karen Millan, en diálogo con LA CAPITAL.
Seguidamente, la también docente contó que los ingresantes a la escuela primaria “estaban muy ansiosos” y, al igual que el resto de los alumnos, tuvieron el acompañamiento de las familias que presenciaron el acto que dio inicio al ciclo lectivo.
En este marco, la vicedirectora del establecimiento educativo ubicado en la calle 25 de Mayo, entre Mitre y San Luis, dijo que en la institución están, al igual que los padres, “más que alegres” por esta situación de “normalidad” tras la pandemia.
“Hoy algunos papás pedían por ahí protocolos que ya no están y va a costar un poquito volver a la normalidad plena, pero los alumnos están concientizados del cuidado y muchas acciones de prevención se sostendrán, pero no en la medida que tenían en años anteriores”, indico Millan.
En ese sentido, en la escuela podían observarse distintos dispenser de alcohol en gel para continuar con la higiene de manos, como así también se continúa practicando la ventilación de las aulas, en las que los chicos comparten las mesas, útiles y hasta alimentos, como sucedía habitualmente. “Esos cuidados elementales se van a sostener en virtud de que no solamente se atravesó una pandemia, sino que cualquier otra enfermedad nos puede complicar”, sostuvo la vicedirectora.
No obstante, Millan resaltó que “los padres estaban muy felices por el inicio de clases” y destacó con alegría que los alumnos más chicos les den a ella y al resto las docentes un abrazo para saludarlas. “El hecho que te den un abrazo, cuando no se podía anteriormente, es algo que para nosotros los docentes es un regalo”, aseguró la vicedirectora, algo emocionada, y se le dibujó una sonrisa en el rostro.
Karen Millan, vicedirectora de la Escuela N°1 Pascuala Mugaburu.
Recobrar el nivel
En este contexto, desde la Escuela N°1 comentaron que Dirección General de Escuelas de la Provincia estipuló para este año ciertas pautas con el objetivo de poder afianzar contenidos que no se pudieron ver durante la pandemia.
“Si bien desde Educación nos han enviado documentos con contenidos esenciales que nosotros debemos enseñar y los niños deben aprender, hay contenidos que se han ido dejando por la pandemia y se priorizaron otros. Hay que retomarlos y hay años en donde hay que intensificar esos contenidos para garantizar que los alumnos los adquieran en su totalidad”, destacó Millan.
Frente a este panorama, la vicedirectora también reconoció que actualmente a los niños y adolescentes actualmente les “cuestan las rutinas y los tiempos de espera”. “La inmediatez es como que los está atravesando, pero se trabajan proyectos y propuestas que tienen que ver con el tema de la convivencia y aceptación de normas que son institucionales y aúlicas que los van a ayudar en sus trabajos en la sociedad en el futuro”, ponderó.
Cuatro décadas enseñando
Una de las maestras de la Escuela N°1 es Cristina Balbis, quien hace 39 años que ejerce la docencia y hace 10 años enseña en la Pascuala Mugaburu.
Este año Balbis es la encargada de cuarto año de la primaria del instituto y, pese a su gran experiencia, asegura que cada comienzo de ciclo le sigue provocando un cierto nerviosismo. “Todos los años ese sentimiento se renueva. Llega la noche y no podés dormir porque sabés que al otro día empezás y tenés que conocer a un grupo nuevo”, señaló la docente con un tono maternal.
En este marco, Balbis destaca también las expectativas que tiene este año respecto a “cómo va a ser este 2023 con los chicos y qué vamos a poder lograr con ellos, siempre apuntando a una calidad educativa de excelencia”.
Cristina Balbis, maestra de la Escuela N°1 Pascuala Mugaburu.
Acerca de este comienzo de año sin barbijos ni distanciamiento social, la maestra afirma que “es cómo volver a lo antiguo”. Sin embargo, asegura que la pandemia dejó cambios en los más chicos. “Ellos ya no se acercan tanto, guardan distancia, te saludan con el puño, cuando antes venían corriendo y te daban un abrazo”, señaló.
“La pandemia nos costó mucho -continuó- y ahora es como volver a empezar”. “Para eso se está haciendo un trabajo correlativo para ir insertando la vieja currícula y ajustar puntos que son claves para poder ensamblarlo con los nuevos”, destacó Balbis.
Por último, la docente de casi cuatro décadas de trayectoria, asegura que este año espera lograr lo mismo que todos los anteriores: “Ayudar a los chicos a que puedan aprender y darle una mano a los que más les cuesta para que también alcancen ese nivel, ese el fruto que nuestro trabajo busca”, concluyó.